Proporciones que se replican con distintas
direccionalidades atraídas por un foco que al mismo tiempo es contrapunto de
otras.
Esa relación es la que nos importa, ese fluir
y la vinculación entre pequeños focos contenidos por barrio y el gran foco contenido
por ciudad.
Así como la ciudad de La Plata tiene una Plaza Moreno
el barrio tiene la plaza Castelli.
Si imaginamos a las calles y a la plaza como
dos ejes, el primero el horizontal nos remiten a un punto de origen y otro de
destino que sería lo dinámico,
impersonal, direccional y con velocidad,
en cambio la plaza es la expresión del espacio conformado alrededor de un eje
vertical propio de ella es la estática, la pertenencia, la permanencia.
Definidas por los muros de la arquitectura la
calle se convierte en el espacio para sumarse al movimiento, las plazas en
cambio constituyen lugares para permanecer y participar.
Es esa vinculación espacial plaza-vías-terreno
lo que vale.
La desmaterialización de la Línea Oficial y
como el vacío que viene del foco con ayuda de la dinamia de las calles se
incorpora en lo construido y desdibuja ese limite.
Lo inmaterial no se contiene hasta que se
encuentra con la masa, genera estadios de transición y pasa o se queda.
Esa transición es que va a quedar como grises
entre el afuera y el adentro, lo publico y lo privado, instancias intermedias
que terminaran por conformar ese espacio único que invita a conocer al edificio
recorrible por los vecinos con la velocidad y el impacto que traen sus calles.
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