Alguna vez en el taller planteamos la referencia a las curvas asintóticas y su comportamiento paradojal.
Hoy revistamos aquella referencia para argumentar -sobre el reflejo de las hipérbolas- la posibilidad de caracterizar la tensión entre Proyecto y Utopía.
Observando la relación entre las hipérbolas con sus respectivas asíntotas, se destaca la noción funcional mediante la cual la curva se desarrolla hacia el infinito, acercándose interminablemente a la asíntota para nunca poder tocarla, como sustantiva y valiosa metáfora, disponible en una simple traza geométrica, donde se persiste en aquella persecución imposible, aún reconociéndose su imposibilidad.En nuestro caso particular, percibimos subyace en el curso cierta complicación conceptual en la invitación a pensar un horizonte utópico sobre el cual fundar el Proyecto Urbano.
¿Qué significación proponemos en esta invitación?
¿Cómo resolver esa tensión latente?
Reconocemos en la Utopía un Horizonte, en el sentido q esta Utopía (como varias veces mencionamos) no significa algo concreto, sino un objetivo para avanzar, un motivo q impulsa irrefrenablemente al proyecto a ser pensado, a tomar forma, a condensar sentido.
Atractor q impulsa al proyecto a idearse en su total potencialidad, teniendo en este objetivo de alcanzar aquellas intenciones utópicas las motivaciones fundamentales por las cuales desplegar todas las dimensiones proyectuales e integrarlas en una manifestación en la q -concurrente y complementariamente- el proyecto se encarna como el puente a construir a través del cual perseguir a la Utopía.
El Proyecto Urbano es entonces, en nuestra manera de entenderlo, el enlace q construimos para imaginar futuros q no existen, q nunca alcanzarán todas las cualidades perfectas en cuanto idea, pero q en el camino intentará dar forma y lugar en consecuencia al ideal imaginado. Pensar el Proyecto nos impulsa a imaginar Utopías, así como imaginar Utopías nos determina a proyectar...
Estamos en camino de pensar y proyectar, sigamos la marcha.