Allá por el año 1630, desde Pernambuco en el Brasil, un artesano envía a través de la selva dos imágenes de la Virgen María hechas en terracota, a pedido de un amigo y piadoso portugués habitante y estanciero de Sumampa, ubicada en territorios de lo que es hoy Santiago del Estero. Luego de viajar las imágenes a través de la selva y por los mares del Brasil hasta el Río de la Plata, el mismo capitán del navío las carga junto a otros objetos en un carretón y decide personalmente conducirlo, acoplándose a un convoy que partía hacia el oeste de Buenos Aires con mercancías diversas para su comercialización.
El hecho es que luego de hacer noche en una estancia situada sobre el camino real y al reiniciar su marcha, el carretón se detiene sin motivo alguno en un sitio próximo a la Cañada de la Cruz y distante unas cinco leguas del río Luxan, siendo imposible tras varios intentos lograr que los bueyes continúen su camino.
Los viajeros interpretan este acontecimiento como una señal milagrosa de una de las dos imágenes como si fuese su deseo el afincarse en aquel sitio. Y así obedecen esta particular disposición de la Virgen de la Purísima Concepción, dejándola allí, donde al poco tiempo se le construye una pequeña capilla y se le delega su cuidado a un negrito llamado Manuel, a la sazón esclavo del capitán del navío brasilero. Divulgándose entre los viajeros y los lugareños el milagroso acontecimiento, es adorada y venerada por los fieles dando comienzo a una de las más significativas muestras de fe mariana en Sudamérica.
Es evidente en este relato la relación muy directa y común entre los colonos portugueses y españoles como ya lo habíamos destacado en la monografía anterior, compartiendo tanto territorios como cuestiones comerciales, culturales y religiosas, debido en parte a que en ese momento ambas coronas, Portugal y Castilla, estaban vinculadas por la unión matrimonial de sus tronos. Esas relaciones conformaron ciertas características culturales comunes como la devoción hacia la fe cristiana conjuntamente con rasgos de origen pagano como lo eran los rituales de los negros africanos, candomble y umbanda, religiones que la iglesia católica supo adoptar con la intención de mixturarse con otras creencias para expandir su evangelización.
Este es un punto esencial para comprender el alcance del misterio de nuestra virgen de Lujan, ya que se ha convertido en la virgen de todos, desde su llegada a las pampas con una historia y un origen fuertemente ligado a las creencias del hombre en su estado mas primario, donde el milagro, el contacto con lo sobrenatural y la redención son parte de su liturgia mas allá de su religión o su procedencia. Es el motivo por el cual la virgen recibe infinidad de donativos desde los parajes más alejados de nuestro territorio, sin contar esta todavía, con la legitimación clerical.
De esta manera nace el dialogo entre esta imagen y sus fieles que le rinden culto sin la intercesión de la iglesia como institución. Se produce una relación directa entre el hombre y lo celestial, donde como ya vimos, los exvotos de plata juegan un papel destacado. Estos son de alguna manera una forma pagana de rendir culto aceptados por la iglesia. Desde el fiel negro Manuel hasta los devotos anónimos que la adoraron logrando la construcción de la magnífica Basílica neogótica actual, el santuario ha recibido millares de almas, de plegarias y de agradecimientos consagrándola como la virgen popular de la republica.
Podríamos preguntarnos qué sentido tiene semejante templo neogótico en un contexto colonial hispano. Pues bien, era lógico si se contempla que la mayoría de nuestros próceres se formaron durante el siglo XIX en Europa, y sus ojos estaban puestos en Francia donde a partir de mediados de siglo el arquitecto y arqueólogo Viollet le Duc retomaba la puesta en valor de la arquitectura gótica medieval restaurando y modificando gran cantidad de edificios públicos y privados, catedrales e iglesias, entre las más notorias la restauración de Notre Dame y la ciudad fortificada de Carcassonne, hoy patrimonio de la humanidad. Algo similar sucedía en Londres a partir del primer tercio del XIX con sus edificios como el Parlamento y el Big Ben retomando los lineamientos de su propio estilo gótico. Mientras tanto en Barcelona el gran maestro Antoni Gaudí desarrollaba su profusa, magnifica y personal obra modernista influenciado por las teorías de Viollet le Duc.
Muy difícil hubiera sido obviar las vanguardias de la época, para resaltar la devoción a nuestra Señora de Lujan con una arquitectura que no fuera la representativa de las luces del mundo moderno.
Por otro lado, hay que destacar la contemporaneidad de la construcción de la Basílica de Lujan con la fundación de la ciudad de La Plata diseñada por Pedro Benoit, con su brillante readaptación del amanzanamiento regular de las Leyes de Indias que tan buenos resultados ha dado a la colonización de nuestro territorio, superponiéndole el criterio de las ciudades ideales renacentistas generando nuevas formas de vinculación y de apropiación del suelo. El higienismo en esta ciudad positivista fue también determinante para su conformación. No es un dato menor que su fundador Dardo Rocha haya recibido de las manos del propio Julio Verne una medalla de oro en la Exposición de Paris de 1889.
Haciendo un paréntesis, las ciudades ideales y su concepción espacial, han afectado las conformaciones de las fortalezas en América tal como lo demuestra el antiguo fuerte de San José de Lujan del año 1671 de planta pentagonal con cinco baluartes en forma de diamante y todo el conjunto rodeado de una construcción en forma estrellada, destinándose para ello unos quinientos indios de las misiones guaraníticas de la Compañía de Jesús. Se lo ubico lindante al río Lujan en una zona alta en lo que es hoy las afueras del pueblo de Manzanares. El desconocimiento y el desdén que tenemos sobre nuestros sitios históricos, hizo que por el centro del fuerte pasasen las vías del ferrocarril primero, luego, que una tosquera vaciase sus suelos y por último un country club se apoderase de un par de sus baluartes, borrándolo de nuestra memoria para siempre.
En el caso de la catedral de La Plata, también neogótica como la de Lujan, se diseña naturalmente en concordancia con la flamante ciudad, ya que responde todo el conjunto a los fundamentos de la modernidad. La iglesia como institución es, en este caso, la que produce el hecho de la construcción de este monumental y bello edificio para luego darse los hechos de culto de los fieles que lo visitan. O sea que la iglesia de Lujan, es el resultado de la fe y la devoción de sus devotos, mientras que la de La Plata aparece como parte de la infraestructura esencial de una ciudad católica.
Sin temor a equivocarnos desde el punto de vista urbanístico, es mucho más acertada la composición de la Catedral de La Plata con su entorno calibrado generando espacios de relación acordes, que su par de Lujan, impostada, con una plaza y un eje monumental escenográfico que lejos esta de contemplar los lineamientos tanto de su pueblo, como de su río que la vieron nacer.
Pero tiene lo más importante, que es la popularidad de su Virgen. Es la Virgen del Pueblo, la Virgen de la Nación.
Citando los relatos de Mac Cann en 1847, la iglesia de Lujan recibía la mayoría de los donativos que se le hacían a la iglesia católica en el país, superando ampliamente a los de la Catedral Metropolitana, emblemática y tradicional, fiel representante del clero pero al mismo tiempo contradictoria en el mensaje de su arquitectura. Una iglesia colonial hispana en su concepción primaria pero con una fachada neoclásica francesa que desde la década de 1820, reniega de sus orígenes por designios de los hombres gobernantes pertenecientes a una elite ilustrada. Muy lejos está la imagen que actualmente vemos de nuestra Catedral comparándola con la colonial, como así también con la que proyecta el eximio arquitecto e ingeniero militar portugués adoptado por la corona española José Custodio de Sa y Faria, quien se desempeña como uno de los más relevantes y prolíficos arquitectos y cartógrafos del río de la Plata, del Brasil y del Uruguay. Su historia y sus obras merecen un capítulo aparte, así que solamente tocaremos superficialmente algunas de ellas.
Como parte de su extensa obra, construyo la iglesia del pueblo de San Carlos, la de Maldonado, la de Canelones, y la Catedral de Montevideo en la Banda Oriental, La Real Casa de Rentas de Tabacos de Buenos Aires, la remodelación de la Catedral Metropolitana con una bellísima y exuberante fachada que evidenciaba una fusión arquitectónica entre España y Portugal, pero como ya se ha dicho no fue realizada por no responder a los lineamientos de la modernidad europea.
Hay dos trabajos realizados por Sa y Faria que le dan una nota particular al nuestro ya que nos tocan de cerca. Son por un lado las Casas Redituantes de la Universidad de Buenos Aires y sus remodelaciones en la actual Manzana de las Luces, otro de los trabajos que realiza para la corona española en nuestra ciudad. Estas son casas de renta para ser alquiladas a los viajeros que comienzan a llegar a estas costas con motivo del creciente desarrollo comercial, después de haber sido designado Buenos Aires como el Virreynato del Río de la Plata. La intención es que los ingresos provenientes de las rentas se destinasen a la construcción de la universidad.
Numerosos ejemplos de fachadas de la Buenos Aires del siglo XVIII evidencian la influencia del arte constructivo portugués, incluyendo carpinterías y herrería, en toda la región del Río de la Plata. La península ibérica con sus componentes artísticos y culturales, supo encontrar en nuestras tierras el espacio y los materiales pertinentes para entremezclarse dando ricos resultados arquitectónicos particulares propios del mestizaje.
El otro trabajo realizado por Sa y Faria que se relaciona con nuestra investigación, se trata de los dibujos hechos por el sobre las características de un megaterio hallado en las barrancas del río Lujan próximo a la villa, por fray Manuel Torres en 1788.
Luego de haber hecho una reconstrucción hipotética de este animal desconocido dibujándolo, sus huesos fueron remitidos a España. Sa y Faria pasaba mucho tiempo en la villa, siendo un lugar de su agrado, tal es así que le solicita al Virrey Arredondo en 1799 le permita dejar sus obligaciones debido a los permanentes achaques que sufría y retirarse para vivir en el sosiego de Lujan.
2 comments:
estoy en uno de los mejores hoteles en Praga por trabajo pero yo vivo en lujan, la virgen de ahi, me trae muchos recuerdos lindos de mi infancia, es algo caracteristico del lugar
Las ciudades Ideales, me hacen recordar octógonos de arqutiectura 5 2006, Se acuerdan el dolor de cabeza de esos tiempos?? jaja!! Gigante post este sobre historia, felicitaciones.
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