Tuesday, October 25, 2011

Diseñando la luz desde el fragmento

“ … Celebran con gran solemnidad los días primero y último de cada mes, e igualmente del año. Para los meses se guían por la Luna, y para los años por el Sol. Al primer día del mes le llaman en su lengua Cinemernos y al último Trapemernos, que es como si dijéramos primeras fiestas y últimas fiestas.
Tienen templos excelentes, no solamente por la magnificencia de la obra, sino también por su grandiosidad, ya que al ser pocos los que hay, conviene que quepan en ellos grandes muchedumbres.

En dichos templos no hay mucha luz, y no porque no sepan edificar, sino por consejo de los sacerdotes, ya que con poca luz se distraen menos, y se tiene mayor recogimiento y atención. Entienden que así se practica mejor la religión, ya que no siendo una sola sino varias, son de tal forma que todas van dirigidas al mismo fin, que es el culto a la Divina Naturaleza, aunque lo hagan de diferentes formas y por diversos caminos. Por esta razón nada se ve ni se oye en los templos que no cuadre a alguna de las religiones que se profesan.
Las cosas particulares de cada religión se practican en las casas particulares, pero los actos públicos se realizan de tal manera qué no molestan en nada a lo específico de cada una de ellas. Con vistas a esto en los templos no hay ninguna imagen, para que libremente cada uno pueda dar curso a su pensamiento y a sus sentimientos religiosos. Tampoco se pronuncian los nombres particulares de los dioses, sino únicamente el de Mitra, con el cual todos están conformes para designar a la Divinidad Suprema, cualquiera que ella sea. “
Fragmento y luz pueden ser sinónimos, totalidad y luz también. Moro en este extracto de Utopía (Tomás Moro - 1516) nos deja ver un pequeño significado de la importancia de la luz en la arquitectura y la religión, cómo el manejo preciso y sobrio de este elemento logra imbuir de religiosidad cualquier espacio de meditación. La medida justa en el reflejo o el pliegue que difumina, el orificio que escribe un código mágico y lleva a través del camino de despojo al momento de encuentro con uno mismo, igual frente a otro desnudo.
Medir y ajustar el desdoblamiento de los elementos, las piezas concebidas previamente como lenguaje, ahora nos comienza a definir estructura y vivencia.
Desplazar un muro o una columna de soporte tanto más debajo que encima de otra y tejer las relaciones del espacio ecuménico en su semejante proporción. Este espacio que intenta buscar su nido en el contendor que es la manzana colonial, impulsa la dinámica de los elementos contenedores pero también se apacigua frente a ellos, frente a la correcta ordenación de las calles y la necesidad de filtrar una trama bicentenaria y un fenómeno simbólico fuera de escala, la basílica.

Se fueron adaptando y transformando los contornos que configuraban piezas en el código previo y las generatrices principales dieron pie a los volúmenes y patios, ahora las graduaciones se empiezan a ajustar y se plantea un paso de la ciudad al vacío de distribución, luego un acceso tomará el hilo conductor y de allí las ramificaciones, la principal y por lo tanto más evidente llevará tras una serie de etapas al espacio ecuménico, muchas veces de proporciones concéntricas para dar cobijo a las multitudes. Cada elemento de la composición tendrá su correlato en el planteo arquitectónico.

5 comments:

inntrosspecta said...

muy buenos trabajos!

procesos, intentos y resultados satisfactorios!!!

saludos!

Roma

Julio, del corralon said...

que tul, eh!!! para naldo que lo mira por tv, o por el blog mejor dicho

Nacho said...

Sin tirar tierra para ningún lado, me parece un excelente resultado el que se logró este ciclo. Aún falta el esfuerzo final pero confiamos en que todos los proyectos van a concretar el objetivo de indagar y obtener arquitectura desde la busqueda. Adelante.

Anonymous said...

Queremos una charla del gran arquitecto y maestro
¡¡ MARIO GONZALEZ !!
se lo extraña en el taller

Anonymous said...

si que vuelva una charla de gonzalez....