El término autopsia deriva del griego, αὐτός /autós/ ‘uno mismo’ y ὂψις /opsis/ ‘observar’, significa por tanto 'ver por uno mismo'.
“El problema no es lo que se ve sino el ver mismo”. Descubrir espacios a partir de este ejercicio de corte de la maqueta es fundamental para poder “ver”, observar, fragmentos que identifiquen y cualifiquen el espacio.
Como no adscribimos a las “autopistas de método” como dice Marcelo, hablamos de una “cátedra de búsquedas sin verdades dogmáticas”, las verdades legitimadas son las que se construyen en el taller. La utopía es el motor que nos mueve para seguir explorando espacios, imaginando lugares. La utopía es la mejor respuesta a las verdades dogmáticas.
No existe un “método” determinado, podemos afirmar que usamos una técnica común, pero somos autodidactas del espacio y los climas que generamos. La autopsia es la técnica.
De esta misma forma esta autopsia en la maqueta permite además de lo obvio de la luz y el espacio, permite ver fuerzas en acción. Estamos en un lugar donde mostramos instancias/estancias donde la luz genera una atmosfera espiritual propicia para el espacio del centro ecuménico que cada uno se imagina desde un fragmento.
A todas estas cuestiones redescubiertas o puestas de manifiesto según nuestra investigación en la ciudad de Lujan, las hemos denominado fragmentos. Lujan toda, en todos sus aspectos está compuesta por fragmentos.
Pablo
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