Saturday, May 03, 2014

Facundo Alvarez - María Soledad Paravagna


Mirada
Miramos a La Plata como una ciudad implantada en la llanura pampeana. Nos interesa entender la lectura de ciudad que puede hacerse a partir de la fusión que se produce entre el territorio pampeano rioplatense y los modelos de ciudad que se posaron sobre este. En La Plata esta fusión cobra una nueva dimensión en tanto se trata de una ciudad planificada a partir de modelos urbanos particulares que responden a un programa y a un paradigma propio de finales de siglo XIX y que en algún punto son ajenos al territorio.
Así todo, encontramos una serie de instancias en las que la fusión es verificable; en las cuales las tramas tejidas por el territorio, la ciudad planificada, la vida urbana platense y los imaginarios colectivos referidos tanto a La Plta como a la pampa dialogan hasta fundirse.
Como propone Gorelik, la cuadrícula es una forma abstracta, regular, que es pura cultura, pero que al mismo tiempo, reproduce, en su abstracción, a la inmensidad de la pampa. Esta dualidad de la grilla, es también verificable en La Plata, donde su concepción abstracta, geométrica, opera, en su afán de dominarlo, como una representación del territorio.
Reconocemos a la plaza, la esquina y la cuadra como unidades espaciales que se repiten. La diagonal, en este sentido, no representa un accidente sino una nueva repetición con su propio ritmo.
La equina pampeana, desprovista de mayores accidentes que un cruce de calles, se asemeja al universo; allí la ciudad se reduce a su mínima expresión: las 2 direcciones que la componen. En La Plata esta situación se ve exacerbada: la diagonal opera como una dirección más de la que se compone el infinito.
Vemos en La Plata una constante verificación de la interioridad, donde en cada instancia uno puede verse inmerso en el adentro. Las trazas empiezan y terminan en el cuadrado. No leemos en ella una estructura que podría ser más típica de otras ciudades pampeanas, dónde la ciudad emerge a partir de un eje (ruta, ferrocarril), sino que la ciudad se encierra en sí misma, de alguna manera reconociendo así la existencia de un afuera, que es el territorio. Esta verificación no se da únicamente en una mirada global de la ciudad, sino que por el contrario se repite en muchas instancias: las plazas en dónde convergen las calles y boulevares operan como islas donde las direcciones se disuelven y se tornan imprecisas.


Propuesta
Nos interesa pensar a La Plata en su carácter de capital de la Provincia de Buenos Aires y por ende de centro urbano de la llanura pampeana. Entendemos que las operaciones proyectuales a realizar deben ir siempre en esa dirección, en la de entender a la ciudad como una metrópolis de la pampa y no en la pampa.
Creemos que bajo su trazado, bajo el lugar que ocupa en el imaginario cultural como ciudad modelo, planificada e higienista, subyace una identidad pampeana, que la precede y que creemos necesario develar. Ante esta idea se nos presenta la siguiente pregunta: ¿Cómo puede manifestarse la pampa en la escala metropolitana de una ciudad del siglo XXI?
Pensamos que este camino no puede verse reducido a una mera incorporación de elementos referenciales de un territorio, sino que se debe nutrir de operaciones abstractas que configuren un lenguaje propio que sutilmente lo hagan visible.

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