Sunday, April 21, 2013

REPENSANDO LA ARQUITECTURA DEL RIO DE LA PLATA

Durante los estudios que hemos realizado en estos dos últimos años en búsqueda de la consolidación de una identidad arquitectónica nacional pertinente, hemos abordado en profundidad tanto las fantásticas culturas originarias como el brillante pero luego desconocido legado colonial español. Se nos hace ahora imprescindible trabajar durante el periodo de transformación más dramático que experimento nuestra nación durante su formación: EL SIGLO XIX.

Para el desarrollo de nuestro ejercicio estamos trabajando de forma paralela entre dos mundos diferentes, en dos geografías diferentes, dos pensamientos diferentes, y dos visiones validas pero a la vez antagónicas sobre el habitante de estas tierras, protagonista principal y emblemático de estas planicies llamadas por los conquistadores mar de las pampas, el gaucho, fiel exponente nacido del mestizaje entre el indio natural y el español.
Es a lo largo del siglo XIX  en el que se consolida la figura del gaucho tal como la concebimos hoy.
Y es en ese mismo lapso histórico de conformación de nuestra nación, donde se adoptan o copian elementos culturales foráneos en los que Francia e Inglaterra, los paradigmas del mundo en ese momento, tienen mucho que ver con lo que después resultara un panorama cultural rioplatense de lo mas variopinto y exótico. De allí que podríamos hoy hablar de una arquitectura EN el Río de La Plata, ya que fue en gran parte impostada sin una reelaboración ni adaptación al nuevo medio y sus culturas pre existentes.
En nuestro trabajo estamos  repensando estas cuestiones, intentando desarrollar de forma contemporánea  LA arquitectura  DEL Río de La Plata.

Para ello estudiamos y trabajamos buscando las esencias en las artes originales rioplatenses como la platería criolla, la pintura iconográfica, la literatura, los relatos de viajeros, y los elementos de uso cotidiano del gaucho. Analizamos tanto la arquitectura rural y la urbana civil como la institucional a través de relevamientos sensibles guiados, descubriendo con todo ello fragmentos significativos para aplicarlos a la innovación  en nuestra tarea como diseñadores.


Nuestro personaje central,  está representado por dos obras antagónicas de la literatura argentina. Por un lado el MARTIN FIERRO de José Hernández, con un gaucho sabio y amable, y por el otro el FACUNDO de Sarmiento, con un gaucho bárbaro y sanguinario. Hernández y Sarmiento, dos caras de una misma moneda, acérrimos enemigos tanto en sus obras literarias como en sus pensamientos como protagonistas de nuestra historia. Ambos guerreros, periodistas, literatos, políticos, pero con opiniones encontradas. Sarmiento exiliado por Rozas en Chile, y luego Hernández exiliado por Sarmiento en el Brasil.
Representamos a José Hernández en San Antonio de Areco, por ser este pueblo centro poblacional típico de las pampas porteñas rodeado de campo a la vera de un río, y además por haber sido denominado Cuna de la Tradición, con la presencia de otra obra representativa de la literatura gauchesca, Don Segundo Sombra de Ricardo Güiraldes, emparentada al Martin Fierro en cuanto a su visión del gaucho. El Día de la Tradición festejado en Areco, conmemora el nacimiento de José Hernández.


Por otro lado, vamos a representar a Sarmiento en la isla Martin García, centro de disputas entre potencias, isla fortificada y puerta de acceso a los ríos Paraná y Uruguay dominando su navegabilidad y por lo tanto el comercio de Entre Ríos, Corrientes, el Paraguay, el sur del Brasil y el Alto Perú, en donde se ubica el cerro de Potosí y del cual se extraía la plata que diera origen al nombre de nuestro río. Españoles, portugueses, franceses, ingleses, brasileros, uruguayos y argentinos han tenido posesión de ella desde su descubrimiento por Juan Díaz de Solís en el siglo XVI hasta la actualidad. Tal es así, que Sarmiento propone la creación en Martin García de una población que reúna en un nuevo estado a los países que están vinculados al Río de la Plata y sus afluentes, para que todos puedan tener acceso al comercio y desarrollo de la región, y al mismo tiempo intentar recuperarla ya que en 1850 se encontraba bajo bandera francesa.
El nombre que eligió fue ARGIROPOLIS, argiros significa plata, polis ciudad.

Estos dos enclaves muy distintos, uno pampeano y otro insular, son un contrapunto ideal como objetivo pedagógico para imaginar sus arquitecturas posibles.
Seguramente en Areco el resultado final sea algo mas previsible y lo podremos tal vez verificar debido al interés de su intendencia en conocer nuestra mirada al plantearle la posibilidad de contar con variadas y novedosas propuestas referidas a su arquitectura. En Martin García, isla de piedra, el resultado al menos para mi es todavía una incógnita. Aunque nuestros vecinos uruguayos se han opuesto a cualquier tipo de urbanización intentada por  la Argentina, atesora ciertos acentos históricos y arquitectónicos dignos de conocer y preservar, desde los cuales sentar las bases de nuevas propuestas.

Río de la Plata, con el protagonismo del codiciado metal que dio sentido a la región, isla y tierra firme, arte pampa y europeo, y todo ello conformando una particular identidad que todavía no sabe reconocer su pasado, su presente, ni sus cualidades y su potencialidad de cara al futuro.

Alejandro Falabella