A los alumnos y docentes del Taller:
Los tiempos se acortan, la llama de la cátedra se aviva en estos últimos días de correcciones y definiciones de sus proyectos. Pero también se conmovió por los intentos de hacer desaparecer este mismo fuego, al borde de las entregas.
Y digo esto porque el Taller es una fogata formada por todos los que día a día la alimentan con el pensamiento y la acción. Todos, docentes y alumnos mantenemos viva la capacidad de alimentar nuestras mentes con el fuego esencial de la verdadera arquitectura, porque no, argentina. Porque estamos en este bendito país, no nos olvidemos de nuestra identidad. Cada terreno, cada barrio, cada sector del tejido, cada porción de la Ciudad, pertenece a algo mayor que refleja nuestras raices.
Raices que tambien tiene nuestra Facultad, raices que fueron alimentadas por pensamientos que forjaron la identidad arquitectónica nacional!!
Pensamientos compartidos por miles de docentes y alumnos que a través del tiempo fueron construyendo un ideal de arquitectura, que en la medida de lo posible se tradujo en obras que hicieron Ciudad y sentaron precedentes, de los cuales nos alimentamos para formarnos.
Un ideal de arquitectura que alimentó al Taller en su búsqueda de una postura arquitectónica propia, que no se separa, sino que siempre trató de aportar y sumar a la siempreviva llama de los que pretender fraguar sus ideas creativas y que persisten como juventud en nuestra FADU.-
Nos preocupa a muchos, que algunos de los que se alimentaron de estos ideales, pretendan apagar las brasas que alimentan el espíritu de nuestra prestigiosa Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires, para suplantarlo por nuevas astillas que ojalá, cuando sean avalados por el Consejo Superior, logren transformarse en leña que se encienda y perdure con argumentos válidos.
Porque estamos de acuerdo que debe haber un recambio generacional. No podríamos ser tan necios de afirmar lo contrario, ya que formamos parte de los tantos que esperamos oportunidad para aportar madera nueva. Pero primero establezcamos reglas de juego válidas, fuera del reparto político y con argumentos académicos que respeten las posiciones e ideas de todos los talleres. Con concursos cuyos jurados se adentren en las líneas de pensamiento y valoren la continuidad de las mismas.
Porque como casi todos ya saben al arq. Pedemonte el jurado del último concurso le cuestionó justamente la línea de pensamiento y la postura arquitectónica del Taller, sin saber (o sabiendo, que sería peor) la importancia y la trayectoria de la misma dentro de esta Facultad.
Por todo esto, proponemos que las cátedras existentes con profesores consultos a cargo y adjuntos regulares a cargo, permanezcan en la Facultad, hasta que se concursen esas mismas cátedras verticales con un reglamento de concurso que debe ser reelaborado.
Y mientras tanto, sigamos todos, docentes y alumnos, alimentándonos con el intercambio de ideas basadas en los proyectos de ustedes, alumnos, y pongamos todos los esfuerzos en acrecentar el bagaje de pensamiento y acción que a lo largo de tantos años y con tanto esfuerzo forjaron los que hicieron, hacen y harán del Taller González una llama viva que enciende la verdadera arquitectura.
Gracias por el apoyo y la entrega diarias.
Arq. Reynaldo S. González
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